El color negro y los tonos tierra predominan en este dormitorio de matrimonio que ha ganado amplitud abriendo el espacio al baño y al vestidor. En el centro visual de la escena, encontramos una cama canapé de 1,50 metros en colores negro y amarillo tierra que, junto a las cenefas de los cojines, la ornamentación natural de algunos accesorios y la decoración vegetal, le dan un aire mediterráneo con cierta inspiración en el antiguo Egipto.

El tono clásico de la estancia se agudiza con el suelo en blanco mármol y el alicatado jaspeado en tonos naturales que adorna el lavabo del baño.

Una estudiada iluminación genera distintos ambientes y temperaturas de color, primando la luz cálida en el dormitorio y un gradual ascenso a tonos fríos en el aseo.